Sunday, 2 December 2012

Hora Local (01/12/2012)


Noviembre 30/1ero de Diciembre - Concierto de Hora Local en Asilo Bar.


No sé si haya sido un craso error haber aceptado la invitación al toque de una banda de culto de la escena underground de Bogotá sin haber tenido una previa conexión con ella, haberme aprendido de corazón las letras y de derecha a izquierda o simplemente haberlos escuchado anteriormente. Pero estaba seguro de que esta era una oportunidad única y muy posiblemente irrepetible. Todo esto me haría un posero frente a gran parte del público allí presente aquella madrugada, pero cada vez menos me importa el tipo de prestigio que uno pueda o no tener como escucha, y es muy probable que sí sea posero al fin y al cabo, además, ¿en donde quedó la sorpresa de ir a ver una banda previamente desconocida? Ahora con la hiper-velocidad-'consumista' del internet y con previo aviso, uno puede "devorarse" con afán la discografía completa de una banda antes de que se presenten en un festival o en el barrio en donde uno vive. No sé hasta que punto pueda tener esto gracia o no, si la persona que la escucha realmente está disfrutando la banda o aparentando para no quedar mal frente a los verdaderos 'fanáticos'. El caso, es que a pesar de todo no podía ir al toque sin haber escuchado algo antes y por mi suerte pude encontrar el disco debut 'Orden Público' colgado en la web.

Hubo letras y melodías que impactaron de forma inmediata a mi subconsciente, "lástima no haberlos escuchado antes", pero el detalle de aquel disco quedará relegado por ahora a un 'más tarde'. Enfoquemonos en el toque. La apertura estaba estipulada a eso de las 8 de la noche pero por aparentes problemas tuvimos que esperar yo y un amigo (el cual también contribuye en este blog) una hora de más para poder entrar. Jamás había asistido al lugar de la presentación, pero había escuchado cosas buenas con respecto a los sets de música que suelen pasar los DJ's del bar. Desafortunadamente no fue el caso, fuimos bombardeados por synth pop añejo demasiado afelpado para mi gusto y algunas canciones de la ola madrileña que nunca me ha emocionado mucho al decir verdad, pero que extrañamente combinaban muy bien con las visuales de la serie de Batman que protagonizó Adam West y que estaban siendo proyectadas en dos pantallas del sitio. Luego de un tedioso e interminable set con muchas canciones de B-52's (y ni una sola del debut, ni siquiera Rock Lobster), se presentaba la banda telonera, 'Ceros Humanos' a eso de las 11:50 p.m.

La banda tocaba una mezcla de 'garage punk' y new wave oscuro. Había canciones que intentaban llegar a un momentum, a un climax que jamás se lograba de forma frustrante y no planeada. Faltaba energía, movimiento y las vocales resultaban algo monotonas, aunque no es una banda mala, solo que tambalea en una zona muy intermedia para mis gustos. Luego de un cover 'intento-de-ser-emocionante' de 'Detesto el New Wave' de una banda colombiana para mí desconocida, finalizó el set de los teloneros. Entremesa: punkeras borrachas se tambaleaban encima del escenario, introvertidos miraban desde los resquicios y en las sombras, gente se sollaba bailando 'Lust for Life' de Iggy Pop (la cual detesto) hasta el punto de entrar en trance, amigos, nostálgicos y familia de la banda mientras tanto charlaban con tragos en la mano desde la lejanía y en comodidad. No podía esperar, no sentía un cariño exagerado por la banda, como el de algunos de los que ahí se encontraban: "es como ver a los Rolling Stones colombianos", pero sentía ansias, incertidumbre por estar al frente de una de las bandas de culto del rock Bogotano, de una época en donde todo parecía comenzar a abrirse para que luego las puertas fueran una vez más cerradas frente a nuestras narices. Y yo desconociéndolos hasta ahora. Mis expectativas altas. ¿Funcionaria el experimento?

Sube al escenario Eduardo Arias, con pantalones estilo leopardo y su aparentemente característico sombrero negro. Siguen los dos guitarristas, el baterista y Luis Uriza. Hay problemas cuadrando el audio. Se genera una leve demora, a la cual Uriza y los demás dicen al carajo. Piden que le suban el nivel al microfono de Arias, el cual era uno especial. De repente la banda comienza, con una nostálgica rendición de 'Chica de Chernobyl' con muchos problemas de audio. Siguen sin arreglarse, casi no se escuchan las vocales mientras que las guitarras suenan aun más cristalinas que en el mismo disco y la sección de ritmo, absolutamente crujiente: "¡EL ROCK NO TE NECESITA! COMPRAS LAS REVISTAS EN LAS QUE QUIERES APARECER" todos saltamos, gritamos, a pesar de que me sepa a medias la letra. Como una 'Soledad Criminal', esta canción debería ser un himno del rock colombiano. Una chica o muy pasada de tragos o muy emocionada se contorsiona frente a mí y me toma fotos con flash en la cara mientras se me enredan hilos de su cabello en mi ojo. Y cada vez más cerca. Incomodidad. Gritos de emoción a Ariza, "¡GRANDE GRANDE!"


La energía y ambiente son totalmente punk, hasta por las muy frustrantes fallas de sonido que hacen que Ariza pierda su voz temprano en el set: "porfavor un momento..." grita afónico a los miembros de la banda, grito que por supuesto es ignorado. Una rendición de la post-apocalyptica 'Londres' emociona a la oleada de fervientes fans al frente del escenario, hasta armarse un incendiario pogo que no logro entender por completo hasta que la melodía de la canción, y luego las geniales letras se me quedan pegadas durante todo el fin de semana mientras escribo esta "reseña". A pesar del sonido, la banda toca con más energía aun que otros grupos actuales: hay derramadas de cerveza, caída de atriles y aparatos y la rotura de un techo del bar en menos de dos canciones. Hay sonrisas por parte de los miembros de la banda, felicitaciones mutuas, Eduardo Arias, que tiene un aire frío de cyborg interrumpe con monólogos actualizados usando su humor negro frente a Uribe, la seguridad democrática y la situación en San Andrés.

Los tres momentos estelares fueron cuando tocaron 'Orden Público Alterado', que generó otro pogo, interrupciones emocionantes dignas de una montaña rusa (y eso que jamás he montado en montaña rusa) y en la que Ariza casi se revienta las vocales. 'Hace Frío en el Infierno', en donde se sentía un aire de feliz satisfacción por la banda, de agradecimiento casi. Y un reprise de 'Londres', en donde sufrí un ligero golpe en la quijada y una intencional patada en el trasero por parte de alguien a quien no le caí muy bien que digamos. Y así como así terminó el toque. No había necesidad de añadir o pedir más. Al final de la noche y a pesar de mi disgusto con el ambiente, pensé "pudo haber sido de otra manera", aunque también pensándolo de otra forma es una de las experiencias musicales que jamás olvidaré, me quedé con ganas de ver a Hora Local una vez más...Ariza gritaba durante el concierto: "¡yo soy como ustedes muchachos! ¡yo soy uno de ustedes también!", y a pesar de que se hubiera congelado el tiempo en la nostalgia de lo que pudo haber sido, no había nada más sino asentir y creerle con todo el corazón.

Tomé algunas fotos con una camara bastante rudimentaria y con un enfoque aleatorio, sin embargo pueden verlas aquí (via flickr): 

http://www.flickr.com/photos/90675164@N05/sets/72157632151538514/with/8236256219/ 

No comments:

Post a Comment