Thursday, 13 December 2012

Crystal Castles - (III)


Detesto a Crystal Castles. Y jamás he entendido el gusto por la banda por parte de amigos cercanos, gusto que es más una cosa obsesiva. A mi parecer son una banda que tienen un único propósito de vender una imagen a los medios y los medios a su vez empujan aquella imagen bajo la garganta de chicas/chicos de mi generación, los cuales a su vez reciclan aquella imagen en sus blogs y tumblrs y redes sociales. ¿Pero y la música? Creo que siempre ha sido secundaria. Una banda sonora vacía, frívola para estilos de vidas vacíos y frívolos, para fiestas de desenfreno sexual, drogas, cigarrillos y mucho alcohol, elementos que hoy en día posan como 'rebeldía' para una generación post-alternativa. Este disco no es nada diferente con respecto a lo anterior dicho, solo que ahora se adapta también a las 'necesidades' de esta juventud y su bastardización de la estética "gótica/mística" de los 80's, la cual se ha convertido en algo meramente 'fashion', esa 'moda pasajera' representada en forma musical por irónicos elitistas a finales del 2007 para generar ese detestable sonido Witch House: reciclaje del crunk, el R&B comercial y el mephis rap con 'The Batcave'. 

Y claro, el Witch House tenía que aparecer aquí, ('Affection', 'Transgender').  ¡Infaltable! Hay algo que siempre tuve presente al escuchar el disco, una declaración de la banda, en la que afirmaban que querían generar un ambiente opresivo/asfixiante con esta nueva entrega. Tengo que decir que lo han logrado, claro, un ambiente tan opresivo como el quinto día después de haber asistido a varios after-parties en Ibiza y haberse metido todas las pepas del mundo, con un masivo guayabo existencial o la oportunidad ser invitado a un loft de millonarios que quieren hacer una fiesta dark y todos están vueltos mierda, sacando sangre por la nariz después de aspirado mucha perica. ¡Eso es a lo que yo le llamo opresivo vol. II!

Chistes aparte, no siento esa inaccesibilidad y peso 'emocional' que se le ha asignado en otras publicaciones. Para estos oídos siguen sonando como un rave constante. Punto. No encuentro profundidad alguna en esta música  ni en las letras que supuestamente hablan de 'tácticas del sistema para la normalización de las personas', pero sinceramente no le veo por donde. A pesar de eso hay dos momentos en el disco que podrían trabajarse más en el futuro: el primero es 'Wrath of God' que tiene unos etéreos momentos en la producción y musica (Clan of Xymox vs. Cocteau Twins) que son constantemente arruinados por el TA-TA-TA-TA-TA-TA e 'Insulin', que suena como una cinta dañada de una oscura canción de The Knife. Sin embargo, una vez más, nada por aquí y nada nuevo bajo el sol. 

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