Saturday, 27 October 2012
Mi reencuentro con Cursive
"For myself, I always write about Dublin, because if I can get to the heart of Dublin I can get to the heart of all the cities of the world. In the particular is contained the universal."
Escribía esto James Joyce poco después de la publicación del hoy legendario Ulises y se me hizo inevitable pensar en la correspondencia entre lo particular y lo universal en el momento que por fin me sentí a gusto con Cursive, banda proveniente de Omaha, en pleno centro de Estados Unidos. Antes de entrar a enlazar el dilema "universal y particular" con el tema en cuestión, déjenme, primero que todo, aclarar, antes de que corran a Wikipedia y vean "Saddle Creek Records" en la descripción de la banda, que si esperan a una banda que sigue la corriente medio folk posmoderno, medio pop de Bright Eyes van a salir algo sorprendidos ante la diferencia sónica entre ambos grupos.
Y sí, el cantante y principal compositor detrás de Cursive, Tim Kasher, compartió banda (Commander Venus) con Conor Oberst, pero ambos resultaron con conceptos tan opuestos sobre la manera en la que lidiaban con sus demonios internos de la misma manera que The Faint, banda en la que Oberst estuvo involucrado en sus principios, resolvió inclinarse eventualmente hacia el revivalismo del post-punk dosmilero.
En segundo lugar, en cuanto a mi experiencia personal, la relato tan fácil como puedo: me puse en contacto con The Ugly Organ (2003) hace tres (¡!) años, pero aparte de la contestataria "Art Is Hard", no le presté la atención que merecía. Algo injusto, considerando que el álbum no es más que la aparente conclusión de la brevísima pero no poco sustancial ola de post-hardcore como formato exploratorio y expansivo (incorporación de instrumentos diferentes a los que uno se espera de una banda de "punk", canciones que disipan la tensión de maneras insospechadas) justo al comienzo de siglo con el que unas bandas se despidieron (Fugazi y Unwound, "casi nada", a lo cuál también se podría sumar Shellac con sus teatrales exploraciones de lo mínimo y su método de dejarnos esperando más de media década por cada álbum desde el 2000) y otra comenzaba a decirle adiós a continuar el camino brindado por el post-hardcore (...And You Will Know Us by the Trail of Dead, más por el lado catártico pero no menos expansivo que los últimos lanzamientos de las primeras dos bandas, decidiendo irse hacia el lado progresivo después del Source Tags & Codes). Cursive logró combinar los logros previos a The Ugly Organ con lo melancólico y lo agónico en este álbum, su más conocido, alrededor del mismo tiempo en el que el nu metal (implícitamente atacado en "Art Is Hard") iba desvaneciéndose, los límites y peligros de las olas revivalistas no eran tan claros para muchos y las bandas de pop punk asociadas eventualmente con la llamada subcultura "emo" (varias de las cuáles apropiaron baratamente ideas sónicas y líricas de bandas como Cursive) apenas iban preguntándose que dirección tomar.
...volviendo a mi historia, no le puse mucha atención a Cursive sino hace unos meses atrás, cuando en una reunión de Primavera en Pekín (antes de que fuera Primavera en Pekín) escuché "The Radiator Hums", octava de las nueve canciones que componen Domestica, del 2000. Usando el criterio de las impresiones, no me sentí tan atraído la primera vez que la escuché, pero admito que por algún motivo terminaba oyéndola cada vez que había reunión. Y hace unos cuantos días se me pegó inevitablemente y me obligó a acercarme a Domestica. Ahí fue cuando encontré, finalmente, que la forma en la que las maneras de lo "particular" se hacían uno con las de lo "universal" era tan evidente en ese álbum como en ninguno otro de esta etapa del post-hardcore. Domestica es uno de los lugares en donde es posible decodificar, de manera exhaustiva, una especie de ADN del género desde finales de los ochenta y hasta el comienzo del nuevo siglo.
Mientras que el 2003 parecía ya el momento en que muchas de las bandas principales del género no existían y se dió paso a otros grupos que conquistaron mercados sin tratar de querer avanzar lo dejado por At the Drive-In o Refused (dos de los principales puntos de referencia para estas nuevas bandas), los tres a cinco años anteriores el género parecía llegar a algunas conclusiones, en teoría, lógicas. At the Drive-In explotaba el impulso del sonido de Washington D.C. junto con la intensidad y reglas dinámicas de la escena de San Diego (léase: Gravity, Three One G y Drive Like Jehu), de igual forma (pero tal vez menos destacable) que lo haría Thursday; agrupaciones como Refused o, menos notablemente, Glassjaw, también miraban al D.C. pero con la aproximación pesada y la influencia metal que bandas de hardcore y post-hardcore de Nueva York (llámese Helmet, llámese Unsane, llámese Gorilla Biscuits, llámese Quicksand o llámese Born Against) les dejaron; para cerrar, por ahora, con esta breve radiografía, muchos de los que aparecían en el D.C. (Burning Airlines, Q and Not U, The Dismemberment Plan) se encontraban posicionados en un momento en el que las influencias post-punk tomadas por sus predecesores (y por ellos mismos) se hicieron más evidentes, sin rayar necesariamente en las imposiciones del revival (aunque terminaron prediciéndolo).
No sé si la simple posición geográfica hizo que Cursive se impregnara de casi todo sonido post-hardcore (exceptuando, tal vez, entre los mencionados, el neoyorkino), pero así pasó. Además de la perceptible, a primera escucha, asociación con los grupos aparecidos en el D.C. durante la segunda mitad de los noventa (y, ni decir, con los que aparecieron antes), Cursive recuerda al evocativo sonido y pasión de Sunny Day Real Estate o, inclusive, de la etapa temprana de Modest Mouse, junto con las guitarras complejamente fraseadas de Slint, Jehu o Indian Summer, también prediciendo lo que Bear vs. Shark haría un año más tarde. ¿Y las letras? Se acercan hacia lo intrapersonal, posicionando a Kasher cercanamente a Jeremy Enigk. Cuenta la leyenda que Cursive se desintegró por un período de dos años entre su segundo álbum y el período de composición y grabación de Domestica, y que el doloroso divorcio que Tim Kasher vivió en este tiempo fue el principal motor que impulsó el sentir de frustración y pesadumbre visto en el álbum (además de volver a reagrupar al conjunto), todo, claro, enmascarado bajo la ambigüedad de la aparente autoficción reconocida por Kasher cuando se le preguntó sobre el contenido lírico de estos temas.
Sin más que decirles por ahora, les dejo aquí abajo Domestica (m4a, 128 kbps) y les mando un abrazo.
This house is the hole that you could never fill.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment