Octubre 12/2012:
Mucho del discurso "radical" de Godspeed puede ser acertado, pero también exagerado. Me acuerdo haber leído una entrevista en donde pensaban que su audiencia consistía en 'monos enfermos, aprisionados e incapaces de entender lo que estaban haciendo'. Aquella afirmación que con palabras correctas puede dar con una verdad, parecía una postura más soberbia y pedantesca y por ende se alejó aún más la posibilidad de volverlos a escuchar (aparte de su asociación con los elitistas hipsters desde sus comienzos). Pero heme aquí ahora dándoles una segunda oportunidad con este nuevo disco.
Octubre 13/2012:
El disco empieza con una nota ominosa, con un sentimiento de épica burbujeante que se va acumulando y acumulando hasta que eventualmente explota en una especie de improvisación con tonos orientales. Hay una reminiscencia a las largas improvisaciones que se dieron en el rock alemán de los 60's, como con Ash Ra Tempel, pero en forma de actualización para los chicos del Siglo XXI. Efectivamente se da el mismo sentimiento representado en la portada del disco: el de estar atrapado en una tormenta de arena mientras las previas ruinas de la existencia humana son devoradas sin compasión frente a nuestros ojos. Hay insatisfacción. Indignación. Agresividad en el sonido de esta nueva formación de Godspeed. Y aún no siento una conexión directa con la banda.
A pesar de los interesantes intermedios musicales que son disonancias amorfas que se funden y derriten con ruidos electrónicos, el único track que me ha interesado hasta el momento es 'We Drift Like Worried Fire'. Aquella canción que transita a través de pasajes matemáticos de guitarra y arreglos dramáticamente cuasi-clásicos y hasta porqué no decirlo, 'bonitos' fue la única que realmente me agarró de todo el disco. Y sus varias desintegraciones estructurales a tribalismos rítmicos y otra vez a lo dramático.
12:40 p.m.
Ahora que escucho a 'Mladic' me parece efervescencia pura, en ascendencia, en escalafón. Lo que tal vez me ha evitado seguir escuchando a Godspeed es esa calculación intelectual detrás de sus canciones, que ahora que estuve viendo un video de ellos el año pasado, es reminiscente a los más aburridos actos del rock progresivo de los setentas: ellos no tocan en forma enérgica para generar un portal en donde se evocan a los espíritus elementales huracanicos de la rebelión (una de las premisas de la banda), sino que tocan muy reservadamente, sentados, profundamente concentrados en sus partes y sin salirse de ese estado de calma (lo que acuerda a una de sus principales influencias: Slint y sus desabridas pero performaticas interpretaciones en vivo). Y aún así pueden lograr un sentimiento de intensidad, pero la de una intensidad fría. Entre más escucho, hay más inmediatez, pero sin un envolvimiento.
02:39 p.m.
Me doy cuenta (a la casi sexta vez de escuchar el disco), que los instrumentales son bastante aventurosos y su no-forma es lo que los hacen atractivos. En cambio, me doy cuenta que en las canciones más estructuradas, Godspeed no ha salido completamente de la fuerte influencia de sus predecesores atrás en los noventas y siguen jugando con los espacios negativos musicales generados en aquel pasado, con adiciones barrocas y delicadas que han formado por así decirlo, el sónido identificable de la banda. Aunque claro, estoy hablando más de la forma emocional que produce la música, que la forma instrumental. Esta forma emocional es aumentada con los 'cracks' y el ruido natural del vinilo, del cual ha salido mi copia "ilegal" de este disco...ese sentimiento espeluznante similar a los viejos discos del blues, la espectralidad que es producida por algunos artistas y que persiguen al oyente como una maldición. El misterio está ahí...pero no llegan a generar ese vortice que abre huecos en el espacio y tiempo.
Intentan generar algo grandioso...grandioso no como lo hacían hace una década en donde todo se volvía movimiento tras movimiento hasta alcanzar el clímax, sino a través de una furia y empoderamiento bien medidos. El extrañamiento. La saturación. La sensación de algo que es más 'rock' que clásico. Más experimental que formal. Hay una definitiva diferencia en la dirección que han tomado aquí, a pesar de lo que había mencionado anteriormente de sus influencias, que siguen ahí asimilandose cada vez más en el corazón de esta musica. El instrumental que concluye la pieza, 'Strung Like Lights At Thee Printemps Erable' es comparable como encontrarse al monolito de Kubrick. Permanece un fuerte zumbido en los oídos después del incomodo y forzado silencio que es despóticamente ejercido sobre el oyente al finalizar. Ensordecido.
03:13 p.m.
En fin, es un agradable pero imperfecto disco que sirve como acompañamiento para aquel sentimiento de desolación universal. Pero no es una obra maestra, ni Godspeed me ha logrado impresionar completamente. Para eso habrá tiempo...pero es de lo poco de la banda que he podido escuchar de forma completa y seguida sin ser decepcionado (hasta ahora).
02:39 p.m.
Me doy cuenta (a la casi sexta vez de escuchar el disco), que los instrumentales son bastante aventurosos y su no-forma es lo que los hacen atractivos. En cambio, me doy cuenta que en las canciones más estructuradas, Godspeed no ha salido completamente de la fuerte influencia de sus predecesores atrás en los noventas y siguen jugando con los espacios negativos musicales generados en aquel pasado, con adiciones barrocas y delicadas que han formado por así decirlo, el sónido identificable de la banda. Aunque claro, estoy hablando más de la forma emocional que produce la música, que la forma instrumental. Esta forma emocional es aumentada con los 'cracks' y el ruido natural del vinilo, del cual ha salido mi copia "ilegal" de este disco...ese sentimiento espeluznante similar a los viejos discos del blues, la espectralidad que es producida por algunos artistas y que persiguen al oyente como una maldición. El misterio está ahí...pero no llegan a generar ese vortice que abre huecos en el espacio y tiempo.
Intentan generar algo grandioso...grandioso no como lo hacían hace una década en donde todo se volvía movimiento tras movimiento hasta alcanzar el clímax, sino a través de una furia y empoderamiento bien medidos. El extrañamiento. La saturación. La sensación de algo que es más 'rock' que clásico. Más experimental que formal. Hay una definitiva diferencia en la dirección que han tomado aquí, a pesar de lo que había mencionado anteriormente de sus influencias, que siguen ahí asimilandose cada vez más en el corazón de esta musica. El instrumental que concluye la pieza, 'Strung Like Lights At Thee Printemps Erable' es comparable como encontrarse al monolito de Kubrick. Permanece un fuerte zumbido en los oídos después del incomodo y forzado silencio que es despóticamente ejercido sobre el oyente al finalizar. Ensordecido.
03:13 p.m.
En fin, es un agradable pero imperfecto disco que sirve como acompañamiento para aquel sentimiento de desolación universal. Pero no es una obra maestra, ni Godspeed me ha logrado impresionar completamente. Para eso habrá tiempo...pero es de lo poco de la banda que he podido escuchar de forma completa y seguida sin ser decepcionado (hasta ahora).
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